Parte 2. Familia Buonarroti: «El Nacimiento de un Virtuoso»
No hay datos que documenten si el talento de Miguel Ángel haya sido heredado de su familia, a lo más quizás la predisposición a lo «excéntrico», pero a modo general la familia Buonarroti no tenían talento artístico alguno. Pero si se podía presumir que en la Italia del siglo XV y XVI, tenía cierta posición social, ya que muchos italianos solo se apellidaban solo con un patronímico, por ejemplo, Giovanni di Paolo (Juan, hijo de Pablo) y no con un apellido «familiar».
En los documentos estudiados, sus antepasados aparecen con apellidos como “Buonarroti”, “Simoni” o “Buonarroti Simoni”, la ambigüedad en cuanto a nombres y apellidos es compleja, hasta el mismo Miguel Ángel lo podemos ver con el nombre “Michelagniolo di Lodovico” (Miguel Ángel, hijo de Lodovico). En este punto es necesario hacer una aclaración (para no tender a la confusión), los nombres hasta el siglo XVI varían (algunos) respecto a sus formas contemporáneas, es así como vemos escrito Michelagniolo, o Lodovico en vez de Ludovico, o Lionardo en vez de Leonardo (Da Vinci era simplemente Leonardo de manera nativa).
A mediados de su cuarta década de vida, se convence que los Buonarroti descendían de la condesa Matilde de Toscana (1046-1115), lo cual era una exageración, ya que prácticamente equivalía a tener la sangre más “azul” de toda la Toscana (era como que un inglés de la era Tudor comenzara su árbol genealógico con Guillermo el Conquistador). Miguel Ángel durante toda su vida se esforzaría por restituir el justo lugar (a juicio propio) de su familia, la paradoja de ello es que su familia lo decepcionaba constantemente.
A pesar de esta creencia de vínculos familiares grandiosos, la realidad es que su familia durante su infancia se encontraba en decadencia, y vivían como hidalgos pobres. En los dos siglos previos, lograron un estatus solo por sobre el promedio de un florentino cualquiera, y en las dos generaciones anteriores a Miguel Ángel comienza el declive familiar, siendo el punto más bajo su mismo padre.
Pertenecían al “Popolo”, la clase media comerciante ascendente, que comenzaba a arrebatar el poder a la clase aristocrática feudal (terratenientes) a finales del siglo XIII. Los primeros Buonarroti fueron mercaderes de paños y cambistas (cambiadores de moneda). Figuraron como priores, que era el funcionario más poderoso de la república florentina (formado en el año 1282), y podía ejercer el cargo por 2 meses (cada vez), y así seguirían están en cargos importantes tanto a nivel de gobiernos como en algunos gremios a lo largo del siglo XIV, esta era la forma principal de los florentinos de demostrar una cierta posición social.
El apogeo de la familia se da con Buonarrota di Simone (1355-1405), comerciante de lanas y cambista. Desempeño un sin número de cargos de honor y prestó una importante suma de dinero a la República florentina en una campaña contra Milán en 1395. En ese momento la fortuna de los Buonarroti no estaba tan lejana de alcanzar la de otro clan florentino ascendente, los «Médici«.
El descenso de la familia viene con la siguiente generación, el hijo mayor de Buonarrota, «Simone» (1374-1428), el cual también desempeña cargos importantes en el gobierno, pero se ve envuelto en una polémica pública. Cuando el 1 de noviembre de 1420, lanza un ladrillo en la cabeza de un tal Antonio di Francesco Rustici, quien el día 5 de noviembre acude a la corte del Podestà (administrador en jefe) para quejarse, el veredicto sería favorable a Antonio, aparentemente todo fue un arrebato de ira de Simone, que dejaba a ver una irracionalidad y una profunda frustración ante algún revés. Llama la atención este rasgo y hace pensar quizás algo hereditario en la personalidad, pero en Miguel Ángel se veían aspectos muy similares, con un temperamento explosivo, que llegó a insultar incluso al mismo Leonardo da Vinci.
En cuanto al abuelo de Miguel Ángel, Lionardo, pudo haber sido el golpe final al poder familiar, ya que tuvo cuatro hijas, por lo tanto, cuatro «dotes» que pagar (patrimonio que se entrega al esposo, por parte de la familia de la novia) junto con una falta de perspicacia en los negocios, terminaría por poner en crisis las finanzas familiares.
Entre los pobres de Florencia había un grupo especial, los llamados “poveri vergognosi” (pobres vergonzosos), que aunaba a todos aquellos que habían pertenecido a grandes familias que cayeron a menos. Los Buonarroti no formaban parte del todo de ese grupo, pero estuvieron muy cerca en los primeros años de vida de Miguel Ángel. Quizás fue por esto que a Miguel Ángel durante su vida, se le ve muy empático con aquellos nobles que caían en la pobreza, promoviendo uniones en matrimonio motivadas por la caridad.
En cuanto al padre de Miguel Ángel, Lodovico, y su tío, Francesco, no tuvieron mejor suerte, sin nada dentro de sus vidas que les cambiara la suerte (Francesco trabaja como cambista, pero sin resaltar en ello). Por lo demás no podían pertenecer a cargos honrosos, debido a que tenían impuestos pendientes de pago (situación que se excluía de cargos públicos), a los ciudadanos en esta situación se les llamaba “specchi”, por el libro conocido como “specchio” (espejo) donde estaban anotados quienes adeudaban plata al gobierno. Para desgracia de Miguel Ángel, entre los años 1428-1506 (entre sus 7 a 31 años de edad), su padre debió impuesto de forma continuada, manteniendo su condición de exiliado de poder ser un funcionario público en la Toscana, viviendo solo de los ingresos de una propiedad en Florencia y de una granja, que probablemente su hermano Francesco dificultosamente reunía. La crisis llega a tal extremo que Ludovico en cierto momento se ve obligado a empeñar cosas del hogar, y pertenencias de su esposa Francesca.
Quizás la idea de Miguel Ángel sobre pertenecer a una distinguida familia, junto a la pobreza, detona en la creación de una mentalidad excéntrica. Consecuente a ello vemos un deseo neurótico de dinero, pero con un deseo también de no gastarlo, en pocas palabras un “avaro”. Las exigencias en materia de dinero a sus mecenas rosaban con lo deshonesto, pero a pesar de ello vive modestamente, casi como un espartano. Con su padre por todo lo mencionado, no se desarrolla una buena relación, era de una mezcla de irritación y amor, con un poco de suspicacia mutua.
Nacimiento de Miguel Ángel
El lugar de nacimiento viene a ser uno de los pocos lugares en que el azar al fin juega a favor de Ludovico Buonarroti, ya que por un año a partir de octubre de 1474 fue “podestà” (administrador en jefe) de la regio de Caprese y de la cercana localidad de Chiusi. Esto debido a que su nombre fue extraído de una bolsa (al azar), gracias a ello puede asumir el cargo, con una remuneración bastante buena y fue de las mejores posiciones desempeñadas como funcionario de la República florentina.
En cuanto a Miguel Ángel, el nacer fuera de casa era un infortunio, porque sabemos que para un florentino la elección de sus padrinos era el momento de estrechar lazos de parentescos o redes de amistades y vecinos (parenti, amici, vicini), el objetivo de esto era seleccionar a la mayor cantidad de cercanos adinerados posibles. En este caso la lógica hubiese sido seleccionar a alguna eminencia local que permita a lo menos establecer un lazo político, pero en el lugar no había mucho de eso, así que por necesidad se eligen dos clérigos, un notario y algunos otros personajes locales. Es probable que nunca los volviese a ver, ya que Caprese destacaba por ser una localidad bonita, pero nada que pudiese aportar a la vida de quien fue Miguel Ángel, al contrario, él hace más por el pueblo que ellos por él (considerando que el nombre actual del lugar es “Caprese Michelangelo” y es un foco turístico).
Miguel Ángel nace de madrugada, el 6 de marzo de 1474. Ahora en este punto hay una polémica en torno a su edad, esto a raíz de que los florentinos (y algunas sociedades medievales) tenían una idea propia respecto al calendario, fundamentado en que el mundo habría cambiado cuando Dios se convierte en un hombre, el momento en que el embrión de Jesús había comenzado a desarrollarse en el vientre de María (no como todos concebimos la idea, que es en el parto en el establo). Por ende, el año nuevo para los florentinos es en la festividad de Anunciación, el 25 de marzo, ya que oficialmente debería ser 1475 (pero para ellos seguía siendo 1474).
El 29 de marzo, tres semanas después de ser bautizado, Lodovico termina su mandato como podestà, y su pequeña familia (junto a su madre y su hermano mayor Lionardo) vuelven a Florencia. De la Madre no hay mucha información, sabemos que se llamaba Francesca de Neri di Minato del Sera y que, al nacimiento de Miguel Ángel, aún tenía (probablemente) dieciocho años, notable diferencia con el padre, que nacido en 1444, tenía treinta (algo habitual en familias de clase media que buscaban escalar socialmente). Francesa fallece en 1481, durante el parto de su quinto hijo, su familia era de dote modesta, pero estaba emparentada por su madre con un importante clan florentino los Rucellai, que tenían unas ramas muy ricas y poderosas, tanto que algunos se unen en matrimonio con los Médici. De la relación de Miguel Ángel con su madre no hay información, solo sabemos que cuando su sobrino Lionardo se casa y tiene una hija, le pide llamarla Francesca en honor a su madre.
En cuanto al amor, no era un hombre romántico, y no deseaba el matrimonio ni hijos a quienes herederar tanta obra realizada, su soltería era algo que le favorecía incluso en su desarrollo profesional. Pero, quizás la verdad de fondo era otra, ya que hay conocimiento por sentimientos intensos por algunos hombres jóvenes e incluso dedica poemas a más de alguno. Es probable que sus amoríos hayan sido castos, ya que jactaba de llevar una vida de abstinencia sexual total, argumentando motivos de salud. Aunque quizás la verdadera razón, era la convención social de aquella época sobre la homosexualidad o los gays, que como concepto no existía (si había hombres que tenían relación con otros, pero no tenían una denominación como en la época moderna), y solo era un pecado y un delito, la “sodomía” (que igual podía ser entre un hombre y una mujer, cuando no había una intención de procrear). Como Miguel Ángel, decía ser casto entonces, si llegase a ser acusado de sodomía, tendría como defenderse (aunque claro, fue lo dicho con casi ochenta años, probablemente su conducta sexual de joven no sabemos si haya sido la misma).
Miguel Ángel vive en un ambiente masculino, con su padre, un tío (Francesco) y cuatro hermanos hombres, de los que uno tuvo descendencia, Buanorroto Buonarroti, que tuvo tres hijos: Lionardo, Simone y Francesca. De sus hermanos, Lionardo era el mayor, nacido en 1473 era solo dos años mayor que él, luego el tercero es Buonarroto (1477), Giovansimone (1479) y Sigismondo (1481).
Su padre Lodovico vuelve a casarse en 1485, cuando Miguel Ángel tenía diez años, con Lucrezia degli Antonio Ubaldini da Gagliano (fallecida en 1497), por lo que estuvo sin madre por tan solo cuatro años (pero nunca menciona a Lucrezia, ni hay indicios de aprecio alguno, aunque en honor a la verdad no menciona a ninguna mujer con aprecio en su vida, a excepción de su sobrina Francesca y una criada llamada Margherita).
La Florencia del siglo XV era pequeña, no más de 60.000 habitantes, era una densa concentración de edificios en el interior de unas murallas a ambos lados del río Arno. Florencia se dividía en cuatro grandes subdivisiones, los “quartiere”, y dieciséis distritos menores llamados “gonfaloni” o “estandartes”. En cada quartiere había cuatro gonfaloni, y cada uno era un pequeño mundo de parentescos, amistades y vecindades (el clásico trío florentino de «parenti, amici, vicini»). Vivía en una vivienda alquilada en la Via de’ Bentaccordi (el trato fue con Filippo de Tommaso, ya que estaba casado con una tía llamada Selvaggia), que en la actualidad sigue ahí, bordea el muro del desaparecido anfiteatro romano (el Coliseo, a mucha menor escala, de Florencia). La calle se encuentra en el quartiere de la Santa Croce y el gonfaloni de Lion Nero (León Negro), lugares que, junto a sus habitantes, fueron importantes para Miguel Ángel por toda su vida.
Una cuarta parte de la casa era propiedad de Niccolò Baroncelli, otra rama del mismo clan (familia Baroncelli-Bandini, cuya riqueza es aún visible en la capilla Baroncelli de la iglesia de la Santa Croce). Estas alianzas consanguíneas y de vecindad eran duraderas, lo podemos ver en la figura de Francesco Bandini, parte de esa misma familia, será amigo y consejero íntimo de Miguel Ángel en su futura vida como romano.
De la infancia de Miguel Ángel no hay mucha información, pero se desarrolla muy apegada a la cultura, ya que a tan solo dos minutos caminando se encontraba la iglesia de la Santa Croce, y es probable que los Buonarroti formaran parte de las congregaciones en torno al hermoso púlpito tallado por Benedetto da Maiano.
La iglesia de Santa Croce tiene su influencia y relevancia en la vida de Miguel Ángel no solo en lo artístico, también en su mundo interno. Para entenderlo, debemos mencionar al célebre predicador Bernardino de Siena, que vivió medio siglo antes, y canonizado más tarde, como San Bernardino. Este predicaba reiteradamente sobre la sodomía y los terribles castigos por cometerla, no es menor la influencia que pudo ejercer en la mente de un probable homosexual, tan fanáticas y atemorizantes proclamas.
Peso a que Miguel Ángel tenía una predilección por la representación del cuerpo humano desnudo, también tenía dote para un “sentido” del color muy personal, junto con una desarrollada sensibilidad para la moda, quizás heredado del desarrollo de la tintorería que visualiza durante su niñez en la Piazza de Santa Croce, lugar emblemático para el diseño de ropa de aquella época, de distintos colores colgadas desde las ventanas de las casas.
Miguel ángel era un ahorrador enfermizo, pero eso no quitaba que tuviera un gusto por telas finas, incluso emulando algún grado de “dandismo”. Solía vestir de negro, que era el color de la austeridad, pero hay un detalle importante, el color negro que usaba era uno profundo, cuya tela resultaba ser la más difícil de emular, por ende, la más cara. La pericia en materia de telas no era algo nuevo para un Buonarroti, históricamente se habían dedicado al comercio de tela, y en Florencia era una de las principales actividades económicas. Su padre, Lodovico, no se dedicó precisamente a la lana, pero en 1507 si se convierte en parte del gremio lanero (el “Arte della Lana»), para que sus hijos pudiesen tener el derecho a ser miembro, pensando en que era uno de los siete gremios más poderosos (formando parte de la élite local, ya que los que no pertenecían a alguno de estos gremios, llamados el “popolo minuto”, no podían ser elegidos para cargos gubernamentales).
La vida en la Campiña
A penas regresan a Florencia desde Caprese, los Buonarroti entregan a Miguel Ángel a una nodriza del campo, una práctica común entre los florentinos más acaudalados. Normalmente estas nodrizas eran mujeres que vivían en propiedades campestres que pertenecían a la familia. En este caso Miguel Ángel fue enviado a la aldea de Settignano, esta propiedad era una importante fuente de ingresos de los Buonarroti. Fue adquirida en la época de oro de la familia y constituía su principal prueba de pertenencia a la aristocracia.
Si bien Miguel Ángel no vive gran parte de su vida ahí, como si lo hizo su padre con alguno de sus otros hijos, de todas formas, desarrolla una faceta bucólica a medida que iba acumulando riquezas, por medio de la adquisición de muchas granjas en diversas localidades cerca de Florencia (pero con predilección por la zona de Settignano). Su faceta bucólica, no fue solo visible en la campiña, ya que donde quiera que estuviese añadía toques de autosuficiencia rústica, por ejemplo, en 1520 planta viñas junto a su estudio florentino de la Via Mozza, o en su casa en Roma, plantando verduras o criando gallinas, demostrando un grado de amor por esta etapa de su vida.