El impulso inicial de la independencia en Venezuela ¿Lo dio Napoleón?…
Bolívar llega a Caracas en junio de 1807 desde Europa-Norteamérica, convencido de que América podía recorrer el mismo camino que los Estados Unidos y Francia. Pero las guerras y los bloqueos económicos ponían el camino difícil, estaban incomunicados con el exterior, solo se informaba lo que Madrid quería (incluso Madrid mismo estaba incomunicada, los regentes españoles estaban en completo a la deriva, desconectados de lo que sucedía), América estaba en un limbo.
Bolívar en un inicio comienza mejorando la administración de sus campos y propiedades, trabajando junto a los esclavos. Dentro de este periodo, visualiza que otros criollos igual estaban con ideas de independencia, solo que nadie las había transformado en una «acción».
Se realizaban tertulias organizadas por los más emblemáticos hombres de la colonia, entre ellos, Andrés Bello, los hermanos del marqués Del Toro, amigos de la infancia como Tomás y Mariano Montilla y tíos, como el más joven de los Palacios (Pedro) y José Félix Ribas. Los hijos de la aristocracia más privilegiada, ahora eran conspiradores, en reuniones disimuladas como eventos literarios, recitales musicales o juegos de azar (muchas de estas reuniones organizadas por los mismos hermanos Bolívar, en una de sus propiedades, a orillas del río Guaire). Pero se necesitaría de casi un milagro para transformar todas estas palabras en acciones.
El milagro llega paradójicamente gracias a Napoleón. En el otoño de 1807, cruza España con la idea de conquistar Portugal (una engañosa consigna). La invasión inicia en octubre de ese año, en un contexto en que la Corona española tenía serios problemas internos al Carlos IV, descubrir documentos en que su hijo Fernando pretendía destronarlo y envenenar a su madre, por lo cual envía una carta a Napoleón, denunciando a su hijo, y sugiriendo que un hermano de Napoleón fuese su sucesor. Por su parte, Fernando, de manera inmediata escribe una carta igual, ofreciendo que Napoleón eligiese para él, una novia de su familia y así unir imperios, lo cual solo comprobaba la traición.
El odio de Fernando surge a raíz del amorío de su madre con Godoy, y la influencia que llega a ejercer este último, detestando más aún que su padre no tomara acciones sobre el caso. De todos modos, las negociaciones con Francia, terminarían inclinándose a favor del rey Carlos IV.
Napoleón, al ver toda esta disputa, encuentra una forma de aprovecharse, comenzando a adular falsamente al rey y a ofrecer la oportunidad de expandir su imperio. Por lo que nace el “tratado de Fontainebleau”, firmado por Godoy el 27 de octubre de 1807, donde se le promete a España la mitad de Portugal, luego de una invasión conjunta (un arreglo malévolo, considerando que la hija mayor del rey Carlos, Carlota, era la reina de Portugal).
Al iniciar la invasión, Napoleón, había anticipado usar 25.000 solados para dicha campaña. Lo cual terminaría siendo 4 veces ese número. Logrando una conquista rápida y secundariamente una posición firme en España. A finales de 1807, la reina Carlota, se ve obligada a escapar, con 10.000 de sus súbditos en un convoy de 50 barcos con rumbo a Brasil.
Solo pasarían 4 meses de los hechos mencionados, en 1808, donde Francia toma los puntos más estratégicos de España y se hace del control absoluto. El rey Carlos IV, viendo su mala posición, piensa en escapar a México.
Es acá cuando el pueblo español toma protagonismo. Culpan a Godoy de todas las desgracias ocurridas, y saquean su palacio en un motín. En relación a este levantamiento, el rey de España, se ve obligado a ceder la corona a su hijo Fernando VII. Después de ello Napoleón arremete nuevamente, y logra atraer a los 3 integrantes de la familia real (Fernando y padres), informándoles, en una cena en Bayona, que la era de los Borbones en España había terminado. Carlos intenta anular su abdicación, pero ya era tarde, termina accediendo a la cesión de España y sus colonias a Napoleón, a cambio de una remuneración anual.
Finalmente, José Bonaparte, Hermano de Napoleón, es coronado rey de España. Convirtiendo a América, desde Texas hasta Tierra del Fuego, en territorio (momentáneo) del imperio napoleónico.
Si bien los reyes de España fueron fácilmente engañados, el pueblo no, y sería la gran desgracia de Napoleón. A quien sorprenden con una guerra de guerrillas, organizada y bien planeada. Los generales de Napoleón responden violentamente, saqueando ciudades, matando a sus líderes y violando mujeres, pero el pueblo nunca se doblegó. La patria estalló en violencia, se formaron numerosas juntas gobernantes por toda España, que proclamaron lealtad al rey Fernando VII.
Una historia muy distinta se vivía en las colonias españolas, quienes, en una total ignorancia, no sabían nada de lo ocurrido. Por un lado, el bloqueo inglés no permitía la llegada de barcos y por ende noticias del viejo continente, y por otro lado en los Estados Unidos, la Ley de Embargo de Thomas Jefferson, no permitía el comercio entre el norte y el sur, aislando al sur más aun del mundo.
Caracas se entera de la invasión a España, solo 7 meses después, en julio de 1808, cuando 2 diarios antiguos del London Times, llegan a manos del gobernador. Donde entre numerosas noticias, estaba que el rey de España había sido depuesto, y ostentaba con Napoleón ahora al poder. Se supo que la nación española, era representada por una junta nacional en Sevilla, y que contaban con el apoyo incondicional de Gran Bretaña.
Por los que los disidentes, entre ellos Bolívar, se comienzan a preguntar si era este el momento de actuar, y cuál era el motivo de ser leales a una simple junta en pueblo como Sevilla.
Llegaría una embarcación a Caracas con los representantes de José Bonaparte, quienes se encuentran con una gran hostilidad, obligándolos a huir de la ciudad. Quedaba claro que los criollos, no iban a aceptar el dominio napoleónico.
El movimiento criollo crea inmediatamente una junta de autogobierno. Incluso el marqués Del Toro recibe una carta de Miranda, instando a que era el momento de tomarse el poder. Debido a la inseguridad de algunos criollos, decidieron hablarlo con el capitán general, para que les permitiera instalar su propio gobierno, el cual, como la junta de Sevilla, se mantendría leal al Rey Fernando VII. El capitán ante la presión, y sin respaldo ni instrucciones desde España, no lo queda otra opción que aceptar la solicitud.
Se reunieron con emoción, en esta primera junta, en apariencia leal al rey. Pero Bolívar tuvo reparos de todo esto. Su convicción de independencia era tan ferviente, que no aceptaba esta lealtad al rey Fernando, a quién conocía y sabía que era un llorón con quien se había enfrentado a golpes en su niñez, que no profazaba ningún respeto. Por lo que se niega a comprometerse con la causa, pero si bien continúa reuniéndose con ellos, como un observador a la espera de su momento.
La decisión de Bolívar fue acertada, ya que el 3 de agosto de 1808, el capitán general Casas (el mismo mencionado anteriormente), recibe un visitante de España, Joaquín Menéndez, quien era el representante de la nueva Junta Central. Primero, Menéndez, lo ratifica como gobernante en la colonia, y le ordena que acate todas las directrices desde la Junta de Sevilla (justo lo que Casas necesitaba, para imponerse en la colonia). Con lo cual comienza una persecución contra los que formaban parte de esta junta con ideas de independencia, encarcelando a varios. Bolívar y su hermano solo se llevan una advertencia, ya que oficialmente no eran integrantes. Pero para prevención, toma distancia un tiempo en un pueblo cercano donde llegaría a ser alcalde, mostrándose ocupado en otras cosas, con lo cual podría aparentar alejamiento de la causa.
El poder del capitán general ratificado, da comienzo a una época de “cautela”. Ahora las reuniones de los disidentes eran bajo estricta clandestinidad y seguridad, solo eran de amigos de confianza, principalmente los hombres más ricos, respetados y educados, aquellos que más tenían que perder con esta revolución. Entre ellos, el marqués Del Toro (hermano de su amigo, Fernando Del Toro) y hermanos, familia en la cúspide del poder en Caracas, los Tovar, quienes tenían las casas más opulentas de la colonia, los hermanos Bolívar (quienes poseían muchas propiedades e incluso las codiciadas minas de cobre de Aroa) y por último los Montilla, hombres bien cercanos al rey.
Dentro de este grupo los hermanos Bolívar fueron los más radicales. No eran partidarios de ideas moderadas, tales como cuando sus compañeros mantuanos exigían derecho a reunión y firmando cartas como vasallos de Fernando VII (considerando que era solo un rey prisionero, sin real poder), ellos no prestaban su firma. En una ocasión el Capitán general Casas, al ver una de estas cartas manda a encarcelar a todos, menos a los hermanos, quienes no tenían su firma en dichas cartas.
En mayo de 1809, llegaría un nuevo Capitán general, el mariscal de campo Vicente Emparán. Quien había sido recomendado antes de todo el conflicto de Francia con España, por el mismo Napoleón, actualmente tenía la venia de la misma Junta de Sevilla. Pero la gran ironía era que el acompañante de Emparán, era el mismo Fernando Del Toro, ex cuñado de Bolívar y su gran amigo de viaje, actualmente inspector general de Capitán.
En cuanto a los negros, pardos e indígenas, los criollos no podían contar con ellos para la revolución en un inicio, ya que estos sentían que sin el control de España, los terratenientes criollos para los cuales trabajaban se volverían más despiadados (al no tener un ente regulador). Llegándose a ver gran deserción de esclavos.
La primera declaración de independencia llegaría a mediados de 1809, cuando Emparán se estaba instalando en sus cuarteles de Caracas. Comienza a miles de kilómetros, en la colonia de Quito, cuando los criollos expulsan a los jefes supremos y toman el gobierno, intento que fue aplastado por los realistas en pocos meses. En Caracas el Capitán general, advertido por esta situación de Quito, logra frustrar un intento similar, pero en menor, en Caracas, sin mayores consecuencias que advertencias varias, entre ellos a Bolívar. Nadie esperaría en esos momentos, el papel que desarrollaría Bolívar, solo su hermano, quien fue el primero en nominarlo para dirigir el círculo de conspiradores, lo cual claramente fue rechazado al ser visto por sus pares como una persona muy joven, impulsiva e inexperta.