Historia chilena

1814: El Regreso de Carrera y el Combate de las Tres Acequias

El tratado de Lircay permite el intercambio de prisioneros, y dentro de ello surge la libertad de los hermanos Carrera, lo que da paso a una larga conspiración que pone a José Miguel Carrera como un «Director Supremo» a la fuerza. Bernardo y su gente no aceptan este nuevo liderazgo, concluyendo así en el primer enfrentamiento directo entre ambos, el Combate de las Tres Acequias…

Luego de su encarcelamiento en Chillán y libres gracias al Tratado de Lircay, José Miguel Carrera y su hermano, pudieron caminar tranquilos y hacer incluso vida social. Los hermanos fueron advertidos del trato (del envío a Valparaíso de ambos) y de lo que les podía esperar, por lo que Carrera mueve sus piezas rápidamente, consigue visitar la casa de la mujer del intendente del ejército real (Matías de La Fuente), su mujer llamada la “intendenta”, María Loayza, le presta dinero y funciona como una especia de «madrina». Gracias a ella les fue posible financiar la adhesión de cerca de 300 presos liberados, que no tenían más que hacer que apoyar a los hermanos.

Carrera se entrevista para recibir consejo, con el propio Rodríquez Aldea (abogado), quien le confirma que su única alternativa es la fuga, y que por supuesto evitara Talca. La fuga se concreta el 12 de mayo durante una fiesta en la casa de la intendenta, quien estuvo involucrada en ello, incluso les otorga armas.

Ya habiendo escapado del lugar, en los bosques son abandonados por su guía (quien huye temeroso ante posible presencia enemiga), terminan siendo guiados por un ladrón llamado “el Chingue”, quien se lleva una generosa recompensa. Luego de dormir en bosques, los hermanos Carrera llegan a Talca. En el lugar Bernardo y Mackenna, ya sabían del escape y pensaban que Gaínza era un traidor. Cuando aparecen en Talca, son alojados por Casimiro Albano en su hacienda, para luego presentarse ante O’Higgins. Bernardo los aloja en su casa por su seguridad, pero comienza a ser presionado por algunos oficiales y el propio Lastra, para apresarlos, pero no se compromete en el asunto, solo instruye a los hermanos para que no saliesen a las calles. José Miguel no era alguien de amedrentar, por lo que lo escucha con respeto, pero no toma su consejo.

Los hermanos dejan el lugar el 16 de mayo. Bernardo les provee de una escolta y pernoctan en Quechereguas, paradójicamente en la escolta estaban los hermanos Huici, que años antes intentaron asesinar a los Carrera.

Con los hechos recientes y su favor hacia los hermanos Carrera, en la vida de Bernardo se abre un nuevo frente de conflictos, ahora con el Director Supremo Lastra (quien ya había restituido en el país la bandera española bajo el Tratado de Lircay).

Durante el mes completo Gaínza ponía dificultades para su retiro a Lima, escusa tras escusa, lo que inquietaba a Bernardo, que tampoco tenía de Lastra la autorización para reanudar los ataques, ya que el tiempo pasando solo hacía más fuerte a los realistas. En contactos con Santiago, Bernardo, además advierte de la pronta llegada de los Carrera, incitando a su arresto, pero Lastra no era tonto, y sabía que el mismo Bernardo no quería adscribirse completamente a un bando al darle a Director Supremo la tarea.

Bernardo envía dos emisarios a Gaínza, Isidro Pineda (cura) y Miguel Zañartu (abogado), para acelerar el movimiento de las tropas realistas fuera del país, pero Gaínza se escuda en que las condiciones del tiempo no les eran favorables para la seguridad de sus hombres (escusas simples y baratas).

A fines de julio seguiría todo igual, pero hay un rato de felicidad para O’Higgins, llegan a Talca Isabel, Rosa y Nieves, que le dieron ánimo y tranquilidad, pero no se quedarían mucho, ya que Bernardo sabía que el escenario de posible guerra era peligroso, así que las envía a San Fernando. Además, usaría su último recurso, una petición formal de declaración de guerra a Lastra.

O`Higgins envió la carta a Lastra, pero nunca llego la respuesta, ya que aparece en Talca la mano derecha de José Miguel Carrera, Diego José Benavente. Lastra pasó al olvido en un abrir y cerrar de ojos… el nuevo jefe de gobierno era Carrera nuevamente.

¿Cómo fueron los hechos que cambiaron tanto el panorama nacional?

Desde que Carrera deja Talca, logra eludir los intentos de apresarlo del Director Supremo. José Miguel sospecha de todos, incluso rechaza una gentil invitación de Hillyar de llevarlo a Brasil, donde se le había ofrecido el cargo de cónsul. Su temor se fundamentaba en las señales que mostraba el gobierno de fidelidad a Fernando VII, la reinstalación de banderas españolas y la férrea defensa del Tratado de Lircay. Trató incluso de irse a Mendoza, donde se encontraba Poinsett (general patriota también perseguido), pero el adverso clima se lo impide. Se ve obligado por varios días a dormir a la intemperie.

Para ese momento Bernardo ya se decide por un bando y opta por el anticarrerismo, ofreciendo premios a quienes los entregasen y castigo para los protectores. Por todo junio el gobierno los busca, y tras múltiples intentos de cruzar a Mendoza, Carrera decide encarar la situación y tomar el poder, depondría a Lastra y así eliminar el Tratado de Lircay.

El 1 de julio de 1814, estaba clandestino en Santiago para dar su golpe. El día 9 de julio, Lastra logra encontrar a Luis Carrera, aprisionándolo.

El día 22 de julio era el seleccionado para el golpe, pero debido a un cólico se aplaza para el 23 a las 3:00 AM, con una decena de seguidores armados con carabinas salió de EL Monte, junto a la ayuda de otros hombres leales que custodiaban regimientos, rápidamente toma el control militar de Santiago. Los prisioneros más importantes de su golpe, fueron Lastra y Mackenna.

Ya en el poder, Carrera se comunica con Gaínza y Bernardo, al primero lo insta a salir del país, basándose en el Tratado de Lircay y el plazo no cumplido por el realista (lo mismo que hizo Bernardo por semanas con Lastra) y a Bernardo lo instaba a reconocer el nuevo gobierno y le ofrecía refuerzos. Carrera era consciente de que las hostilidades se reunirían, y quizás no solo contra los realistas, ya que sabía que Bernardo no aceptaría de buenas a primeras (además Mackenna fue exiliado a Mendoza), por lo que se aboca en formar un ejército en Santiago.

O’Higgins sin pensarlo mucho, no reconoce al nuevo gobierno, apresa al enviado con el mensaje (Benavente) y retiene los papeles que Carrera dirigía a Gaínza. Su primera medida fue convocar a una junta de guerra, con 40 oficiales de capitán para arriba, donde todos deciden no reconocer el gobierno. Al día siguiente, se realiza una segunda reunión para decidir que hacer, pero paralelamente el ejército patriota, por orden del Cabildo de Talca, se preparara, para estar listo en caso de salir a combatir a Carrera. Antes de cualquier intervención militar intenta un avenimiento con Carrera a través del Cabildo de Santiago mediante cartas, pero Carrera las intercepta. Carrera para evitar un conflicto mayor, propone dos mediadores, pero Bernardo no los aceptó. De todos modos, ya era definitivo, la junta con la cual gobernaba Carrera era su títere y tenía el Cabildo de Santiago lleno de sus partidarios, nada había más por hacer.

El 7 de agosto, Bernardo deja de lado a Gaínza, y se mueve hacia el norte contra su nuevo enemigo, Carrera. Tenía la ventaja de un ejército más grande y de más experiencia. En una movilización paulatina, salen 1.600 hombres desde Talca. En Rancagua es donde se encuentra a los mediadores, pero la oferta era que el mando de las fuerzas del sur y las de Santiago quedaran a cargo de un hombre designado por la Junta (que claramente sería Carrera), por lo que declina rápidamente de ellas.

En Paine se encuentra con 400 hombres de Carrera y 1 cañón. Ante lo que Bernardo se impone con facilidad, lo que lo llena de optimismo. El 26 de agosto cruza el río Maipo con 400 hombres.

Se encuentra pronto con las excavaciones de lo que sería el futuro canal de Ochagavía, en el límite de las actuales Nos y San Bernardo. Era un potrero llano, con montículos de tierra producto de la creación del canal, tras los cuales estaba Luis Carrera esperándolo, junto a milicias traídas de San Felipe, famosas por el empleo del “pegual” (mazo de cuero trenzado). Eran unos 1.200 hombres, dirigidos por Luis, Bernardo que había venido no con el grueso de su ejército (el cual estaba en San Francisco de Mostazal, lejos para socorrerlo), carga de todas maneras contra el enemigo con la ayuda del fiel Ramón Freire, pero deben replegarse ante una inminente derrota al venirles encima Diego José Benavente. Bernardo sufre la muerte de 20 hombres, y el arresto de 4 oficiales, junto a la captura de su equipaje personal (que da información a Carrera de sus planes). Cruza el Maipo de vuelta, dispuesto a reagruparse para al día siguiente regresar a la batalla, esta sería la famosa «Batalla de las Tres Acequias».

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