Batalla de El Roble: «¡O vivir con honor o morir con gloria!»
Muchos pueblos del sur, cansados de los saqueos, se declararon finalmente realistas. Ejemplo de ello es Los Ángeles, que estaba al mando ahora el temible Ildefonso Elorreaga, y en Hualqui (cerca de Los Ángeles), estaba la guerrilla de Gregorio Valle (un cura realista). Bernardo bajo las órdenes de Carrera debería encargarse de este último, para lo cual le designan un joven militar como compañía, quien sería su mano derecha y uno de los hombres importantes de la historia de Chile, “Ramón Freire”.
Bernardo igual, preocupado por su madre y hermanas, las que debieron dejar Las Canteras, incendiada a manos de Elorreaga (pronta a convertirse en tierra de nadie), viajarían en búsqueda de su querido Bernardo, con escala en Nacimiento, para dirigirse a Yumbel sería solo el inicio de una larga travesía.
El problema de Yumbel, es que ahí también se dirigía Elorreaga, para armar un cuartel general a fin de atacar a Carrera en Concepción. Bernardo en la búsqueda del cura Gregorio Valle, termina coincidentemente en Yumbel, pero lamentablemente no se queda mucho tiempo ya que sabía de la pronta llegada de Elorreaga, y emprende rumbo a Rere. Las mujeres de la familia de Bernardo, enteradas de la caída de Yumbel en manos realistas, también toman como destino Rere (sin saber de los pasos de O’Higgins aún).
Bernardo se entera que su familia emprende rumbo a través de los cerros, decide esperarlas en el camino, pero se encuentra con guerrillas realistas. Por su parte, Isabel y su familia, solo un día antes, con la caída de la noche buscaron refugio en un rancho, lugar en que a la mañana siguiente son apresadas por realistas, con lo que la guerra golpeaba por primera vez a Bernardo donde más podía afectarle, en lo emocional.
El 29 de agosto, O`Higgins se enfrenta a las fuerzas de Elorreaga en la zona y casi muere en el intento, sufre la rotura de la cincha de su montura cayendo a tierra, desde es atacado con disparos realistas, consigue a duras penas esconderse y responder con fuego. Bernardo y sus hombres ya con experiencia a cuestas, cargan rápidamente contra sus enemigos, los realistas sorprendidos piensan que eran más personas y dudan en acercarse a ellos (cuando deciden cargar en contra de Bernardo, este ya se había ido del lugar).
Horas más tarde en la hacienda El Gomero, se vuelven a encontrar, solo separados por un riachuelo. Apoyado por Freire y otros hombres, logran derrotar a varios enemigos y hacerse incluso de prisioneros. En la tarde del mismo día O`Higgins llega a los Altos de Quilacoya, en el sur de Hualqui, donde improvisa una trinchera a la espera de los refuerzos de Carrera, que eran unos 180 hombres a cargo de los hermanos Diego José y José María Benavente.
Bernardo desanimado al ver su familia apresada por los realistas, y asustado ante la brutalidad del ejército realista (en cuanto al trato que podrían tener hacia ellas), aunque sabemos que sus vidas nunca corrieron peligro, y dentro de todo fueron respetuosos con las mujeres.
En esta época se celebró el tercer 18 de septiembre en Chile. En Concepción hubo una fiesta hasta las 8 de la mañana, que a pesar de lo disfrutado, en la mente de Carrera no salía el fantasma de lo insostenible de su situación. Es en este escenario donde la Junta de Santiago, queda en la práctica, en el mando de un solo hombre, José Miguel Infante. Era un “moderado”, pero que adoptó ideas más extremistas, aunque seguía siendo un caballero, con sus ideas propias, sentido común y ambición. Observaba desde Santiago, lo mal que iban las cosas en el sur, viendo a Carrera como un simple brabucón, que le gustaban los golpes de estado y sin talento para la dirección militar, no solo por el fracaso de Chillán, sino que ahora Concepción y Arauco, eran más realistas que el mismo Perú.
Carrera no iba a perder fácilmente el gobierno, por lo que se dispone a tomar nuevamente Chillán sin posibilidad ahora de error. Comienza por armar un nuevo ejército, compra pólvora a particulares, con piezas de plomo de barcos incautados fabrican balas, encarga camisas, ojotas y otras prendas. Arma además un nuevo cuerpo, los “Húsares de la Victoria”, reemplazando así a los ya completamente corrompidos Dragones, hasta incluso crea un naciente sistema de hospitales.
El 5 de octubre de 1813, llega a Concepción desde Talca las únicas provisiones que pudo José Miguel obtener, entre medio tendría otros problemas debido a peleas internas con su hermano Juan José (por rebeldía hacia sus órdenes) y con los jefes patriotas Alcázar y Carretón (que sin directriz de Carrera cruzan el Maule para salvar a un grupo patriota aislado en un sitio llamado Membrillar)
Bernardo por su parte, bajo órdenes de Carrera, sale de Quilacoya hacia Rere (donde aún se encuentra Elorreaga), a fin de hostigarlo (más bien distraerlo), mientras una división iba en ayuda de los hombres en Membrillar.
Carrera y Bernardo comienzan a tener disputas evidentes en esta seguidilla de eventos bélicos, primero porque se suponía (así lo había dictaminado Carrera) que el 9 de octubre debía atacar Rere, pero no lo hace, decide alojar en un punto y no tomar acción alguna.
La segunda división del ejército al mando de Juan José (igual o peor de rebelde a las órdenes que Bernardo), medio aliado con Mackenna y receloso de su hermano menor, esperaba a José Miguel en Quinchamalí. Se iba a realizar una reunión de la totalidad del ejército, y en ese momento Bernardo y José Miguel se encontraban acampando en un vado del Itata llamado «El Roble«, por decisión de Carrera dicho lugar (Bernardo había propuesto la Laguna Avendaño, que se encontraba muy cerca, pero Carrera se negó).
El problema inicia a la mañana siguiente (17 de octubre), Carrera despierta con ruidos de balas y gritos, detrás de ellos de pronto aparecieron unos 1.200 realistas. Carrera no dimensionaba cuantos eran, ya que por maniobras “distractivas” en la noche anterior por parte de los realistas, se hicieron ver como una cuadrilla insignificante, provocando en este ataque la confianza del líder patriota. El ataque fue directo y agresivo, con numerosos hombres, la idea era evitar que los hombres de Carrera se reagruparan y pudiesen juntarse con el grupo de Juan José.
La primera línea de defensa de Carrera era un pelotón de cincuenta soldados a cargo de un teniente llamado Manuel Valenzuela, pero sus hombres se encontraban desnudos, recién despertando. Un coronel realista al mando (Francisco Urrejola) envía a sus hombres, quienes sin perdón, degollan a los cincuenta incluido el “distraído” (ya que su grupo eran prácticamente los guardias en todo esto) Manuel Valenzuela.
El grupo realista continua su ataque, y se encuentra con la resistencia de los hombres del soldado Miguel Bravo, que logró el tiempo necesario para el resto del ejército restaurador se formase y pudiese resistir bien (una historia anecdótica, habla que Bravo fue baleado en el proceso, dado por muerto, pero aparece en la noche desnudo ante Carrera casi como milagro, pidiendo ropa). Es gracias a este hombre, que Bernardo organiza a sus hombres.
Carrera en todo este conflicto será herido por un golpe de lanza en el lado izquierdo de su cuerpo, aun pudiendo volver a la acción, era un suicidio de solo ver a todo el ejército enemigo. Decide sumergirse en el río Itata junto a su caballo hasta encontrar a la segunda división de su ejército (de Juan José). Mientras que Bernardo, rodeado y solo, ocupa una loma, quedando frente al ejército realista, llevaba un cañón que operado por sus hombres, logra derrotar a varios realistas con los disparos. La “Batalla de EL Roble”, sería la consagración como figura de Bernardo (incluso publicado por el diario el Monitor Araucano), ya que se relata como por más de una hora de fuego cruzado, O’Higgins toma el fusil de un soldado muerto y grita la famosa frase “O vivir con honor o morir con gloria; el que sea valiente, sígame”, todos lo siguieron y terminando con un “¡Viva la patria!” y avanzando como un rayo, logra desarmar al enemigo, y derrotarlos. Fuese real esta frase o no, la circunstancia que si se puede afirmar, es el arrojo y compromiso que tenía Bernardo con sus hombres, que se plasmaba en personas que luchaban con vigor a su lado, transformándolo en el terreno en el mejor líder de la época y cementando el desastre para José Miguel.
Más problemas vendrían para Carrera el 20 de octubre. La Junta se traslada a Talca, con la intención de Infante, de sacar a Carrera, ya que no era solo un fracaso militar, sino lo desestructuración económica del país. Había que poner fin a cualquier precio, incluso si era necesario negociar con el enemigo. El argumento más fuerte del que se podía hacer la junta ahora, era que José Miguel huía de las batallas (con lo ocurrido en El Roble). Es así como se le comunica el 9 de noviembre por medio de Infante que debía dejar el mando del ejército (y dicho sea de paso como la publicación del diario sobre la arenga de O’Higgins el 4 de noviembre, sería una estrategia operacional de comunicaciones).
Bernardo, sin tiempo para la política ni celebrar, un prisionero realista le informa que Isabel y Rosa estaban ahora en Chillán, prisioneras de Sánchez, tranquilo porque no habían sido maltratadas, pero triste al enterarse de la destrucción de Las Canteras. Carrera tuvo la oportunidad de finalizar este problema de Bernardo, al Sánchez estar dispuesto a entregarle la familia de Bernardo a cambio de unos realistas presos en Concepción, pero José Miguel no encuentra nada mejor respuesta que ejecutarlos en la Plaza de Armas, y de paso arrestar a tres hijas y a la mujer de Sánchez (Antonia Lozano) que vivían en Concepción (algo prohibido bajo reglas de “caballeros”), lo que claramente era demencial, aunque alude que era para realizar un “intercambio”, el cual se retrasa por casi dos meses, por culpa de las tensiones entre la Junta y Carrera.
Protagonistas en esta historia comienzan a tomar posturas contra Carrera, es así como Mackenna abandona Concepción sin autorización y se dirige a Talca a ofrecer sus servicios y sus hombres, para la Junta. Bernardo por su parte podría haber realizado la misma acción, pero aún tenía más lealtad por Carrera, además Infante había sido un Leal a Abascal y O’Higgins veía posible el escenario en que no estuviese Carrera, y la Junta pactara un acuerdo con el virrey.
Mackenna ya con Infante en Talca, comienza la idea de entregar el mando del ejército a O’Higgins, el popular coronel que El Roble, transformó en héroe. Pero a diferencia de lo que se puede pensar, a Bernardo no le gustaba la idea.
El 27 de noviembre, Luis Carrera comunica a la Junta que los tres hermanos estaban dispuestos a dejar sus cargos. Dos comisionados son enviados a Concepción, Echagüe y Gaona, quienes dan la noticia a José Miguel que debe entregar el cargo a O’Higgins. Concepción siempre con la rivalidad hacia Santiago, decide apoyar a Carrera (recordar que fueron quienes dieron el golpe en contra de Rozas y a favor del húsar). Bernardo habla claro a la gente de Concepción que él no quería el cargo y no quería provocar mas deserción en el ejército con ello. Pero la presion fue tanta, incluso con cartas de Mackenna personalmente dirigidas, que debió viajar a Talca entrevistarse con él y la Junta.
Bernardo habla con Infante en un lugar llamado “La Vaquería”, donde acampaba el ejército de los mandatarios de la Junta, unos 1.500 hombres. Habló bien de Carrera, sin convencerlos, termina siendo de todas maneras, nombrado “general del ejército”. En Concepción con rabia, Carrera acepta la decisión, pero continuaba de facto como jefe del ejército, hasta el regreso de Bernardo, cuando le entregaría el mando. Como últimos hitos de Carrera, se puede mencionar que logra la liberación de la familia de Bernardo, a cambio de la de Sánchez (canje realizado en las juntas del río Diguillín al sur de Chillán), a las cuales le otorga una casa en Concepción y dinero.