«Historia resumida de Florencia»: un acercamiento inicial a la cuna del Renacimiento.

Sus orígenes se remontan a la época de los etruscos, quienes se asentaron en Fiesole. Julio César fundó la colonia romana de Florentia en el año 59 a.C., convirtiéndola en un punto estratégico por ubicarse en el punto más estrecho del río Arno (para controlar la Via Flaminia, donde se conectaba Roma con el norte de Italia y la Galia).

Con la caída del imperio romano, comienzan las invasiones por los bárbaros (primero godos, luego lombargos y finalmente los francos).

El año 1000 marca un punto de cambio en el devenir de esta ciudad, cuando el príncipe Hugo de Toscana, traslada su capital, de Luca a Florencia. Llegaría el año 1100 cuando se transforma en una “comune” (ciudad-Estado), es decir logra su libertad y en 1138 ya se encuentra con una estructura de gobierno local organizada, con 12 cónsules, asistidos por el Consejo de los Cien, cuyos miembros eran principalmente de las clases comerciantes. Debido a las agitaciones políticas y sociales, en 1207 se ven forzados a nombrar un jefe de Estado extranjero llamado “podestà”, alejado así (al menos al inicio) de las conspiraciones y alianzas locales.

La Florencia medieval era una “comune” rica, un centro financiero y cultural resaltante en Europa, protagonista del comercio internacional de lana, seda y cuero. Esto genera un sector de la población de mercaderes y artesanos francamente adinerados, que forman gremios, estos últimos son los que impulsan con sus recursos a un creciente número de artistas que encontraron en esta ciudad lucrativos encargos.

A mediados del siglo XIII encontramos la lucha de los güelfos (partidarios del papa) contra los gibelinos (partidarios del Sacro Imperio Romano), con un poder fluctuante entre ambos bandos a lo largo de un siglo. En este inestable ambiente es donde nacen artistas como Giotto y poetas como el famoso Dante Alighieri (de familia perteneciente al partido güelfo). Los güelfos no durarían unidos mucho tiempo y se dividen en 2 fracciones: los Neri (negros) y Bianchi (blancos), Dante se alinea erróneamente a los Bianchi, siendo expulsado finalmente de la ciudad en 1302, para no volver jamás.

En 1348 llega la peste negra, que aniquila a un aproximado de la mitad de la población.

Una etapa popular es la Florencia de los Medici, que comienza en 1434 cuando Cosme el Viejo (Cosimo de Médici), toma el poder. Era un hombre con un buen gusto por el arte, y de buen trato con los artistas, gracias a él es que muchos alcanzaron la fama (como Alberti, Brunelleschi, Luca della Robbia, Fra Angélico, Donatello y Fra Filippo Lippi).

Luego vendría otro Médici, el nieto de Cosme, Lorenzo el Magnífico (1469-1492), con el cual se convierte en el epicentro del Renacimiento, gracias al trabajo de artistas como Miguel Ángel, Botticelli y Domenico Ghirlandaio. En la corte de Lorenzo predominaban los Humanistas, que era una escuela de un pensamiento que surge a finales del siglo XIV, que afirmaban la dignidad y potencial de la humanidad, recuperando textos literarios latinos y griegos, lo que favorece aún más el florecimiento del arte. Por otro lado, el desarrollo de la música y poesía, convierte definitivamente a Florencia en la capital cultural de Italia.

Esta “edad de oro” de Florencia, termina lamentablemente con la muerte de Lorenzo en 1492, ya que justo antes de fallecer, quiebra el Banco Médici y dos años después la familia Médici será expulsada de la ciudad. En una contrarreacción al esplender de esta familia, es que toma el control de la ciudad Girolamo Savonarola, monje dominico que dirige austera y puritanamente la república. Que no duraría mucho, ya que luego de un año sería quemado por hereje.

El siguiente gobierno de inclinaciones pro francesas, entra en conflicto con el papa, debido a sus nuevos aliados, los españoles. Por lo que, en 1512, un ejército español derrota a Florencia, y con ello los Médici son reinstaurados. Su nuevo gobierno fue tiránico, y la posterior caída del papa Clemente VII (integrante de la familia Médici) bajo el emperador Carlos V en 1527, fue la motivación suficiente para volver a expulsar a los Médici. Pasarían solo 2 años, cuando fuerzas imperiales y papales asedian Florencia, obligándolos a aceptar al bisnieto de Lorenzo, Alejandro de Médici, un travestido despiadado (nuevamente) el cual es nombrado por Carlos como duque de Florencia.

El dominio de los Médici luego de esos eventos, perdura por 200 años, tiempo en el cual toman el gobierno de toda la Toscana, hasta el término del gobierno de Cosme I (1537-1574) cuando Florencia cae en la decadencia.

El último de los Médici fue Gian Gastone que fallece en 1737, no continúa el legado Médici, ya que su hermana Ana María cede el Gran Ducado de Toscana a la Casa de Habsburgo-Lorena (en ese momento bajo dominio austríaco), situación que permanece sin variantes, hasta 1799 con la interrupción en escena de Napoleón (hasta 1814). Luego en 1860 finaliza su época como ducado, y es incorporado al Reino de Italia.

Pasaría solo un año, hasta que oficialmente se convierte en la capital del reino, pero no por mucho tiempo, ya que Roma en el año 1871 asume ese rol.

Ya en la época moderna, es gravemente afectada por la Segunda Guerra Mundial, que, con la retirada de los alemanes, son destruidos todos los puentes, excepto el Ponte Vecchio. Otro suceso en la época moderna, son las devastadoras riadas de 1966, que destruyen edificios y obras de arte.