«Chorro de Quevedo»
Como extranjero, había escuchado mencionar en alguna conversación con algún hermano colombiano el nombre de este famoso lugar, una plazoleta donde se conjugan muchas cosas, desde lo cultural, lo comercial, lo social y turístico propiamente tal, no es por nada que cuando escuchamos “Chorro de Quevedo” se nos viene a la mente historia y/o punto de encuentro social.
Caminando por el barrio de la Candelaria no es difícil llegar a este lugar, basta con que preguntes ¿Dónde queda el chorro?, y los amables locales te apuntaran la dirección por la cual ir. Al ver por primera vez el lugar, llama la atención lo multicultural y multirracial que se muestra ante ti. Es un punto de encuentro para universidades locales, y punto de encuentro para los entretenidos «city tour» o punto de parada de algunas otras modalidades de tour (bicicletas, tren cultural, furgones, etc).
En cuanto a aspecto históricos, no fue hace tanto tiempo que se hizo tan turísticamente popular, ya que en los años 80′ era una simple plazuela de paredes blancas, transitada solo por lugareños que como en una vecindad se conocían unos con otros, solo la visual interrumpida por una simple pila de piedra en su zona central, puesta en 1968.
A pesar de lo simple de la descripción, ya estaba en la mente de los ciudadanos que era el lugar – probable – de la fundación de Bogotá, evidencia de ello es que en el dintel de la fachada de una de las casas estaba escrito 6 de agosto de 1538, olvidando la fundación «legal» de la ciudad en la Plaza de Bolívar el 27 de abril de 1539, que incluso algunos expertos historiadores rechazan también.
El relato de la fundación parte siempre con el insigne nombre de «Gonzalo Jiménez de Quesada», que con doce chozas y una iglesia, marca la pauta de lo que sería este emplazamiento y futura Bogotá. Hasta ahí, sin mayor problema, pero negacionista en cuanto al pasado indígena de la ciudad, ya que plantea la construcción prácticamente desde un terreno vacío (error el cual se repite bastante dentro de la literatura), y olvidan que los muiscas (cultura indígena local) de múltiples asentamientos en la zona, uno de los cuales llamado «Thibsaquillo» («tierra de descanso» en chibcha – o muisca – y de donde viene la palabra «Teusaquillo», famosa localidad de Bogotá) se ubicaba justo donde esta el Chorro de Quevedo, que en tiempos coloniales se llamaba «Pueblo Viejo».
No fue cualquier lugar, ya que ahí Jiménez de Quesada decide alojar a sus tropas, en su regreso a España a informar sobre lo conquistado, pero no fue una elección al azar. Basta con ver que se encuentra en un lugar alto, lo cual lo protegía de ataques al tener una buena vista de la sabana, pero además tenía un asentamiento indígena ya formado (el cual por supuesto conquistan). Es gracias a estos indígenas por los cuales comienzan la construcción de las primeras casas.
Si analizamos el motivo de formación de este primer reducto español en Bogotá, parece más con el objetivo de formar una base militar que una ciudad propiamente tal, y es el argumento que ocupan detractores al 6 de agosto como fecha de fundación. Además, un elemento más de estos detractores es la «Iglesia del Humilladero», la cual fue formada junto a las primeras casas y donde se hace la misa fundacional, no estaba emplazada en la plazoleta del Chorro, sino que en la Plaza de Santander (la cual se encuentra en pleno centro de la ciudad, frente al Museo del Oro), de todos modos este punto es algo incierto en la historia local y genera un gran debate.
Sobre la Iglesia, sabemos sobre su final, ya que a finales del siglo XIX en la Plaza de Santander estaba la «Ermita del Humilladero», la que fue demolida por que simplemente «afeaba» el lugar (de la ermita solo quedó una veleta de hierro, una foto, un grabado y una maqueta, que se conservan en distintos museos). Gracias a lo que queda de ella, es que se hace la réplica en el Chorro de Quevedo, que se llamará ahora ermita de San Miguel del Príncipe (no son iguales, pero parecidas). Esta edificación fomenta el 6 de agosto como la fecha de fundación, sobretodo porque hace creer que la ermita es colonial, pero se construye en 1972.
En cuanto a la escultura central (la «fuente») no es la original por supuesto, ya que por iniciativa del Fray Francisco, un religioso Agustino Descalzo, quien compra un terreno en Pueblo Viejo, se realiza una primera versión de fuente en 1832. Esta fuente o «chorro», fue por lo que heredó su nombre el lugar, y no era algo menor, ya que otorgó agua a todos los habitantes de la zona de un bien esencial como el agua. Es así que en su honor mas tarde se realiza una fuente que lo representaba a él mismo, con sus manos de las cuales brotaba el agua, pero el vandalismo deja a la escultura sin cabeza, y así se mantuvo hasta su desaparición con el tiempo (junto a los terremotos), y posterior elaboración del pilar de piedra actual.
Volviendo a la actualidad, se puede apreciar como por las tardes es un punto para poder beber de un buen café o de una rica comida y por las noches un punto neurálgico para beber una buena «Pola» (cerveza) o la famosa chicha (licor que se obtiene de la fermentación del maíz).
3 Comentarios
Yessenia González
Me parece Increíble como una estructura u obras de artes, muchas veces pasan desapercibidas entre las personas, proviniendo de historias tan significativas como las descritas.
Me hace pensar, en la importancia de conocer el pasado de cada lugar en el que vivimos o pretendemos conocer…
Mi admiración, por quienes entregan tiempo, amor, dedicación y crean sitios como este, en el que promueven información histórica que debiésemos conocer para disfrutar de la cultura en su integridad … ღ 😊
Un abrazoo 😊
Sergio Torres
Hay ocasiones en nuestro día a día que pasamos por alto cosas simples (en este caso el ejemplo una pileta abadonada y deslucida), que a veces es bueno detenerse a contemplar, ya sea por el hecho de aprender mas o por la simple acción del respeto.
saludos!!
Yessenia González
Muy de acuerdo!!
Cosas sencillas y discretas forman parte del día a día, cuando las ves, es cuando todo toma un sentido…(aunque a veces la vida te de reveces, siempre podemos apreciar lo que nos edifica ). Como un cielo estrellado, que ofrece una magia sutil y que pocos nos detenemos a mirarlas …pero cuando te detienes y miras al cielo , te das cuenta de lo bendecido (a) que eres 😊.
¡muy buen artículo! ¡Espero por el de LA BELLA ITALIA! – Saludos 😊.